La semana pasada en Los Andes se detuvo a 13 personas que participaban en una fiesta clandestina frente al hospital, el miércoles, otras 10 fueron descubiertas consumiendo alcohol en un restorán ilegal y el jueves en San Felipe, 20 personas más fueron detenidos en otra fiesta. Así suman y siguen las acciones irresponsables de gente que pone en riesgo la seguridad de la población.

Pareciera que las sanciones no son efectivas y es que a esto se suma la cantidad importante de detenidos por transitar sin permiso en plena cuarentena o haciendo caso omiso al toque de queda. De hecho, en Aconcagua desde que se decretó Estado de Excepción han sido detenidas cerca de 2 mil personas, varias de ellas, en más de una oportunidad.

Una situación que va en contra de todo esfuerzo que los equipos de salud realizan día y noche por salvar vidas, y es que hace ya un buen tiempo, los hospitales base tanto en Los Andes como en San Felipe varían entre una y 3 camas UCI disponibles.

Pero también es cierto que hay varias otras fiestas clandestinas que no son denunciadas, no porque no exista la intención, sino más bien porque los teléfonos difundidos no tienen respuesta.

Siempre se ha dicho que los sumarios sanitarios se cursan, pero nunca se ha revelado un resultado. Si a eso se suma la reincidencia de algunas personas, bien cabe la duda en torno a si realmente existe una sanción efectiva que termine con estas acciones irregulares en tiempos de crisis sanitaria, aún cuando por todos es sabido que la principal responsabilidad es personal, lo que queda en evidencia incluso cuando en la aduana sanitaria del enlace Auco son detenidas o devueltas, personas que intentan ingresar al valle sin los permisos necesarios, es decir, que se saltaron todos los posibles controles en la región metropolitana donde todas las comunas también están en confinamiento obligatorio y total.