Ya han pasado cuatro días desde que en Los Andes y Calle Larga se inició la cuarentena. En la comuna cabecera de provincia los habitantes ya vivieron la experiencia a mediados de 2020 y las consecuencias fueron sumamente negativas en el plano económico familiar.
Hoy con mayores restricciones la situación no es muy distinta y si bien lo que se busca es frenar el avance del coronavirus, lo cierto es que la movilidad sigue siendo alta, pensando básicamente en que el confinamiento supone la imposibilidad de trasladarse de un lugar a otro. Se han realizado controles fijos y móviles, pero en el primer balance de las autoridades queda la sensación de que lo que se está haciendo es básicamente revisar permisos, y es que claro, casi el 100% de quienes andan por las calles tienen la autorización obtenida en comisaría virtual.
Lo que queda entonces más allá de buscar los puntos de control o estar pendiente de las fiscalizaciones, es contribuir en la reducción de movilidad. Se critica la falta de funcionarios en las poblaciones, pero también es cierto que el estar en la calle pasa por la conciencia ciudadana de respetar la normativa para evitar los contagios.
Pese a esto, tanto Ejército como Carabineros han dispuesto de más patrullas en las calles.
Lo mínimo que se ha definido para las cuarentenas, son dos semanas. Hoy los esfuerzos están puestos en que este tiempo sea el adecuado para reducir las cifras de contagios, bajar la incidencia y contar con disponibilidad de camas UCI a fin de nuevamente avanzar en el plan paso a paso, evitando que el confinamiento agudice aún más la crisis económica que muchas familias hoy siguen pasando.