Actividad que mantuvo la emoción en todo momento, y es que se recordó toda su historia, partiendo como escuela Número 21, luego número 65 y finalmente con el nombre de José Manso de Velasco. Un siglo que ha permitido formar a decenas de generaciones de sanfelipeños y aconcagüinos que en la actualidad cuenta con una matricula de 345 estudiantes.
La actividad incluyó la entrega de distinciones por años de servicio a docentes y funcionarios, a ex alumnos de distintas generaciones y de manera muy especial la mención de aspectos históricos de esta escuela, que hace cien años surgió como la alternativa de fusionar en el área urbana de la ciudad a establecimientos del sector rural.
Una ceremonia que tuvo muchos reconocimientos así como también regalos… desde el DAEM se anunció la remodelación y mejoramiento de la sala de profesores y la entrega de kit educativos y deportivos a los estudiantes de los niveles pre básica y básica.
Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia estuvo dado por la participación de dos ex alumnos de generaciones muy distantes en el tiempo, pero igual de impactantes: Ana Aristich, egresada en 2015 y actual estudiante de Pedagogía en Castellano de la Universidad de Playa Ancha y don Ramón Astudillo, quien egresó de octavo básico en la década del 60. Fue bombero, corista, atleta, dirigente vecinal y hoy se dedica a escribir cuecas, cuartetas y a pintar junto a su esposa, su compañera de vida.
Otro momento de mucha emoción fue el reconocimiento entregado al docente Roberto Tabilo y al asistente de la educación Eugenio Cabrera, quienes cumplieron 30 años de servicios en el establecimiento.
También fue distinguida la apoderada Margarita Soto, quien tuvo en la escuela a sus hijos y nietos.