Escándalo en la iglesia católica de Aconcagua por relación sentimental de párroco de parroquia Santa Rosa
Andinos reaccionaron con opiniones divididas, aunque en su mayoría cuestionan la vigencia del voto de celibato impuesto a los sacerdotes
Un nuevo escándalo sacude a la Iglesia Católica en Aconcagua, tras la emisión de un reportaje de Canal 13 que reveló la relación sentimental que durante cuatro años mantuvo el presbítero Gustavo Adolfo Morales con una mujer adulta, feligresa de la Parroquia Santa Rosa, donde él mismo ejerce como párroco. Fue la propia mujer quien puso en conocimiento del Obispado la situación, acusando haber sido víctima de abuso espiritual por parte del sacerdote. Si bien la relación no constituiría un delito ni una vulneración de derechos, al tratarse de una persona mayor de edad, el caso fue igualmente remitido a la autoridad eclesiástica por una eventual transgresión al voto de celibato, exigido a los sacerdotes según el Derecho Canónico. En Los Andes, la revelación causó sorpresa y generó opiniones divididas entre los fieles.
En medio de la controversia, algunas voces dentro de la comunidad también han cuestionado la vigencia del voto de celibato impuesto a los sacerdotes.
Ante el revuelo, el padre Gustavo Adolfo -quien además cumple funciones como guía espiritual del Colegio Curimón- envió una carta a toda la comunidad educativa, y durante la jornada de este lunes, emitió una declaración pública en la que reconoce su falta y pide disculpas a todos quienes se han sentido ofendidos por la situación.
“La persona denunciante insinúa que yo habría abusado de ella y de otras personas. Debo decirles que yo soy un pecador en el sentido religioso de la palabra, pero no un delincuente o un criminal, por lo tanto les aseguro que jamás he abusado de nadie, ni de una persona mayor de edad, ni de una persona joven y menos de un menor. Toda afirmación en tal sentido es falsa, es más, lo que aquí hubo fue una relación consentida entre dos personas adultas”, dijo el presbítero Gustavo Adolfo.
Además, dijo que la denunciante aprovechó la instancia para cometer un asesinato de imagen, haciendo parecer que la situación reviste un delito, por lo que hoy el presbítero llevará el caso a la justicia civil.
En ese contexto el religioso explicó que “ante el ataque altero e injusto que he recibido, a ejercer todas las posibilidades que me permite la legislación chilena para que haya una sentencia en la que impere la Ley en esta situación. Lo que la persona ha hecho ha sido exponer ante la opinión pública una situación vivida en el ámbito privado e íntimo, dañando con alevosía mi imagen entonces creo será legítimo que este caso a partir de ahora, se discuta en la justicia civil”.
Desde el Obispado, en tanto, emitieron un comunicado donde se indica que ya se han adoptado las medidas disciplinarias contempladas por la Iglesia para este tipo de situaciones. En caso de no haber un cambio de conducta, el sacerdote podría incluso perder su estado clerical. No obstante, la medida impuesta por el momento, no implica la suspensión del ejercicio ministerial, sino que se trata de indicaciones de carácter "medicinal", conforme a los principios del derecho penal canónico. Por ello, el presbítero ha continuado desempeñando sus tareas pastorales asignadas por la Iglesia.