Hace algunas semanas Amazon Prime estrenó en su plataforma la cinta de terror, de este año, “Exorcismo en el séptimo día”, protagonizada por el autraliano Guy Pearce (también productor ejecutivo) y el actor-cantante mexicano Vadhir Derbez. Una dupla que se ve bastante dispar, histriónicamente hablando, en pantalla.

La trama trata sobre un cura joven llamado Daniel (Derbez), quien debe aprender las artes del exorcismo de la mano del experto sacerdote, Peter (Pearce), el que a su vez carga con el trauma de haber perdido a un niño mientras le sacaba el demonio de adentro. Ambos, en una dinámica bastante policiaca, se verán enfrentados a situaciones que los llevaran a perderse entre los límites del bien y el mal. Mientras, el experimentado hombre de fe es de carácter fuerte,  atormentado y algo al margen de lo permitido; el novato es un chico tímido, carente de gran personalidad, lleno de bondad y temeroso del escrutinio superior.

Aunque la premisa suena bastante bien, a pesar de ser archi vista, no supieron sacarle partido. Un guion flojo, sin consistencia, con escenas predecibles, que carecen de sobresaltos e impacto. Un poco de sangre por aquí, por allá, y sería todo el horror ofrecido. No le dieron ningún extra, se llenaron de clichés, incluso el único twist que tiene casi al final, no lo supieron manejar, de hecho, se volvió previsible a la mitad del filme. El director y guionista, Justin P. Lange, quedó al debe. Su continuidad y efectos especiales, igual.

La participación de Guy Pearce es, sin duda, lo mejor. Lamentablemente, la pobre historia no le permitió aportar más a su personaje, el cual tenía mucho por donde crecer.

Por su parte, Vadhir Derbez en su debut  en un papel serio, deja bastante que desear. Se ve incómodo, con expresiones faciales extrañas, con una falta de verdad a la hora de enfrentar las escenas.

El resto del elenco lo componen el gran Keith David (They live!, La cosa), Stephen Lang (Avatar, La chica del tren) y el pequeño Brady Jenness. Ninguno con una participación mayor.

Este filme es sólo para los que les gusta ver sangre por encima de cualquier relato. Acá no van a encontrar la majestuosidad del “Exorcista”, ni lo atrayente de “El rito”, ni lo impactante de “El exorcismo de Emily Rose".