Con 165 millones de dólares invertidos, el proyecto Mesetas de Los Andes se convertirá en la planta fotovoltaica más grande de la región de Valparaíso. Se trata de una iniciativa desarrollada en la comuna de Calle Larga y que busca producir energías limpias para el país. Sin embargo, no todos están de acuerdo y es que aún cuando es importante el cambio de las matrices energéticas, se ponen en duda los procesos administrativos y regulatorios para dicha actividad.
Así es como la agrupación “Guardianes del Akunkagua”, presentó en la Contraloría General de la República, una denuncia para que se anule la aprobación del Servicio de Evaluación Ambiental y al mismo tiempo, se investigue lo que señalan, es abandono de deberes por parte del otrora alcalde Nelson Venegas, puesto que fue el municipio de Calle Larga, el único que no presentó observaciones a la iniciativa y que luego, el concejo comunal y sus autoridades, desconocieron supuestos acuerdos tomados con la empresa a cargo.
Dentro de las irregularidades que menciona la agrupación, está por ejemplo, la entrega por parte de la empresa, de 300 frazadas al municipio de Calle Larga, en pleno proceso consultor y de lo cual, el concejo también desconoce haberse enterado.
Frente a esta situación, el en ese entonces alcalde de Calle Larga, Nelson Venegas fue tajante en señalar que efectivamente el municipio no presentó observaciones, puesto que la legislación en Chile permite que los procesos de participación no sean masivos y eso derivó en solo algunas reuniones, pero nunca con la certeza de la construcción del proyecto. Luego se encontraron con la sorpresa de la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental, ahí se daba entonces la posibilidad de presentar observaciones.
En relación a la entrega de frazadas, el ex edil reconoció que se reservará ciertas acciones legales por injurias y calumnias.
En este entendido, la ex autoridad callelarguina y a quien apuntan los dardos de la denuncia pública, señaló que es importante no entregar solo informaciones parciales, mientras que desde la agrupación denunciante, llaman a la comunidad precisamente a eso, a informarse respecto de los pro y contra de estos parques fotovoltaicos, que por ejemplo aumentan en al menos cinco grados las temperaturas, que después de 30 años, cuando se acaba su vida útil, los paneles se convierten en basura que contiene arsénico, cadmio, polysilico y plomo, además del vidrio, que son elementos difíciles de manejar, haciendo imposible su reducción.