Cuando se decreto la primera cuarentena hace un año en Los Andes, las ollas comunes fueron literalmente un salvavidas para cientos de personas que tenían ahí su única opción diaria de alimento. Con el pasar del tiempo, estas cocinas solidarias fueron cerrando por la falta de apoyo, quedando solamente la de villa Alto Aconcagua, que en todo caso, tuvo que disminuir los días de apertura a causa de lo mismo.

Hoy cuando la comuna se encuentra en medio de una segunda cuarentena, ya son 4 ollas comunes activas y otras cuatro comenzarán a funcionar dentro de los próximos días, sin embargo, los aportes son escasos por lo que los líderes de estas iniciativas se unieron para derechamente clamar por ayuda.

Falta carne, embutidos, alimentos no perecibles, verduras… Destacan eso si, el apoyo de la Feria Libre de Los Andes que nunca ha abandonado a las distintas ollas comunes, pero aún así la necesidad sigue siendo alta, pues actualmente se alimenta a más de 150 personas, lo que se estima irá aumentando a medida que avance la cuarentena.

El llamado es a la comunidad, a las empresas locales, a las autoridades, a todos, para que en la medida de sus posibilidades se acerquen a las sedes vecinales de los sectores más vulnerables y hagan sus donaciones.

El concejal Miguel Henríquez es uno de quienes permanentemente está colaborando con estas ollas comunes y criticó duramente que desde el municipio se haya dicho que las ayudas municipales son solo complementarias a la labor que nace en las poblaciones.

Un llamado desesperado que hacen las líderes de estas ollas comunes, pero que al mismo tiempo evidencian la nula preparación para enfrentar estas situaciones a nivel comunal, pues se supone que hoy está la experiencia de la ayuda tardía el año pasado, pero que aún así, actualmente tampoco hay un plan de acción para ayudar a quienes están sufriendo con dos pandemias, la del covid19 y la del hambre.