Con esta película hay que tener ojo con las expectativas, pues muchos creen que van a ver el clásico film gringo de acción, con un hombre perseguido injustamente, el que estoicamente sortea los ataques casi sin despeinarse, y “Beckett” no es eso.

La historia parte como película romántica, una pareja interpretada por John David Washington y Alicia Vikander, pasa sus vacaciones en el norte de Grecia, en un pueblito, dejando atrás la convulsionada capital de ese país, que está en plena crisis política y económica, esto hace ya varios años atrás.

Una noche, rumbo a un nuevo destino en un auto rentado, ambos se duermen, produciéndose un grave accidente que los estrella contra una rústica casa. April (Vikander), muere.

Una vez Beckett (Washington) sale del hospital, el amable cuerpo de policía local le ofrece ayuda, y luego, al interrogarlo por lo ocurrido, él les advierte haber visto a un chico pelirrojo y una mujer en la casa donde se estrellaron, a lo que le contestan que es imposible, porque está abandonada.

El protagonista, al no soportar el dolor de su perdida, vuelve al lugar del accidente, pero es sorpresivamente atacado por el mismo policía que lo interrogó y una mujer. Desde ese momento, Beckett, emprende un viaje por salvar su vida, sobrellevar su dolor y llegar a Atenas, para que la embajada de EEUU, su país, lo ayude.

Este film italiano, hablado en inglés y, también, en griego, está dirigido y escrito por Ferdinando Cito Filomarino y producido por Luca Guadagnino (Call me by your name, Suspiria), quien es su pareja. Además, es original de Rai Cinema y Netflix.

Más que una historia de acción, es un drama de suspenso. El nombre de la cinta está muy bien puesto, pues todo gira en torno a su protagonista, él está en prácticamente todas sus escenas, nosotros sabemos todo lo que él sabe. Uno puede sentir su angustia, su dolor, no es un héroe, es un hombre asustado en un país extraño, convulsionado por el ambiente político que se vive allí, que no entiende nada de lo que hablan; al que lo persiguen, lo hieren, y que, por si fuera poco, debe lidiar con el dolor de haber perdido a su amor, lo cual le provoca crisis de pánico. Para nada vemos al típico hombre perseguido, que tantas películas nos han ofrecido, al que con suerte le sale un rasguño. Hay más verdad, en una premisa ya bastante vista.

Grecia como locación siempre es un plus, cautivante, aunque aquí se muestre no en todo su esplendor. Se agradece que utilicen el idioma del lugar, no que todo el mundo hable inglés como suele pasar en otras cintas, además que aporta al clima de confusión del filme. Quizás faltó integrar mejor la situación del país, la trama política se diluye un poco, e incluso puede ser algo confusa en ese aspecto. El final quizás no es el mejor, pero de todas formar la película entretiene, mantiene en vilo y sus personajes son interesantes.

Disponible desde este mes en Netflix, posicionándose entre lo más visto.