A principios del siglo XIX, en América del Norte, comienza un proceso de expansión que llevaría a hombres y mujeres, en su mayoría agricultores, mineros y ganaderos en busca de tierras vírgenes, para ‘conquistar‘ los territorios que hoy componen los Estados Unidos, y alcanzar el denominado ‘sueño americano’. El género cinematográfico estadounidense por autonomasia, el western, especialmente las películas de John Ford, se han aproximado a este viaje, cobrando tintes de gran épica fundacional. Sin embargo, hay obras como "Minari" que lejos de esa sensación grandilocuente de aventura histórica, imbuye ese mismo espíritu para contar el relato de otros pioneros y de otras fronteras.

Situada durante la era de Reagan, la cinta narra la vida de una familia de inmigrantes coreanos en Estados Unidos. Compuesto por un matrimonio y sus dos hijos, el grupo familiar se traslada desde California a Arkansas para trabajar como sexadores de pollos, mientras el padre busca cumplir su propio sueño: crear una granja con cultivos de su país de origen. 

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Su llegada no será nada fácil, la casa prefabricada a la que se mudan no es precisamente cómoda, hay una crítica falta de agua, la pareja sufre constantes crisis en su relación y las dificultades para vender la cosecha son cada vez más adversas.

El giro de la historia es la llegada de la abuela materna, a quien el pequeño David (alter ego del director), jamás ha visto y rechaza. La relación que se establece entre el nieto, un niño de siete años, afectado por un soplo al corazón, interpretado por Alan S. Kim, y la anciana, encarnada por la actriz surcoreana Youn Yuh-jung, activará el tono emotivo del filme y la unión familiar. El cineasta convierte la memoria y recuerdo de su abuela en una mezcla de carta de amor y simpática parodia, un personaje que recuerda al viejo cazador Dersú Uzalá (de la obra maestra soviética de Kurosawa), y que despertará en el niño, un viaje a sus propias raíces.

Escrita y dirigida por Lee Isaac Chung, la historia, con tintes autobiográficos, es sencilla y austera, el cineasta recrea desde su recuerdo, la aventura doméstica de su propia familia, sus paseos, conflictos, crisis y el inevitable aislamiento cultural dentro de una comunidad de la ‘América profunda’.

Coproducida por Brad Pitt, "Minari" obtuvo tanto el Gran Premio del Jurado como el Premio del Público en el último Festival de Sundance, recibió el Globo de Oro a Mejor Película en Lengua No Inglesa, y cuenta con seis nominaciones a los Premios de la Academia, incluido Mejor Película y Mejor Director.

Una cinta mínima, bonita y emotiva, con momentos cotidianos de inmensa e intensa belleza, pero que puede pecar de un extenso metraje y secuencias en las que el espectador siente que nada ocurre, como la vida misma.