​Eran las once de la mañana de este jueves y las alarmas de Bomberos rompieron la tranquilidad de toda una ciudad. Y es que claro, la emergencia hacía mención de un incendio en la escuela especial Valle Andino, provocando conmoción entre quienes se iban enterando. En el establecimiento educacional, docentes y profesionales guiaban a los estudiantes fuera del recinto, hasta la cancha de El Sila, para mantenerse a resguardo. Por su parte, Bomberos de Los Andes – Calle Larga con voluntarios de cinco compañías hicieron ingreso para controlar la emergencia y buscar personas posiblemente atrapadas. Pero afortunadamente todo se trató solo de un simulacro sin riesgo para la comunidad educativa. Un simulacro que marcó un precedente en torno a este tipo de ejercicios y preparaciones, puesto que es primera vez que se hace con una comunidad de personas discapacitadas, lo que sin duda reviste una serie de desafíos y donde se requiere, además, el compromiso de todas las instituciones ligadas a las emergencias. Un simulacro que surge desde la ONG “Inclusiva” que hace diez años se dedica a la gestión inclusiva de riesgo de desastre y discapacidad, que, a través de un programa financiado por el Gobierno Regional de Valparaíso, recorre la región realizando este tipo de actividades en Instituciones que trabajan con personas con discapacidad. En una evaluación inmediata, el resultado fue exitoso, aun cuando ahora se debe analizar –entre otras cosas- el trabajo, los tiempos de respuesta, las vías de evacuación y la capacidad de reacción frente a una emergencia de estas características a fin de estar preparados ante la eventualidad de que lo que hoy fue un simulacro, se convierta en una emergencia real.