De la nada, las uniones de las cañerías internas en las viviendas comenzaron a romperse produciendo fugas que primero eran goteras constantes, pero que hoy se han convertido en verdaderos chorros. Una situación en la que diariamente aparecen más vecinos afectados y preocupados por las consecuencias que esto pueda tener en los terrenos.

Estos vecinos, del Barrio de las “Fugas” como los han bautizado, están cansados de la situación y es que el problema ha provocado un increíble aumento en las cuentas de agua, pero también hoy deben tener presupuesto para la reparación de las cañerías, para las paredes interiores de las viviendas y viven rogando que no siga ocurriendo.

Hoy exigen que la empresa constructora “Pacal”, -declarada en quiebra- se haga responsable por el uso de materiales de mala calidad; que Esval les facilite la repactación de deudas; y que el municipio andino, intervenga a su favor, considerando que fue el departamento de Obras, quien recepcionó los trabajos.

Viviendas que hoy incluso se les ha dicho que son sociales, aun cuando pagaron millones por adquirirlas... con fallas y fatiga de material a menos de 10 años de haber sido entregadas y con conflictos que hoy alteran la economía y la vida familiar.