Durante estas vacaciones de invierno, el Punto Verde de la ciudad se ha convertido en un lugar lleno de risas, creatividad y conciencia ambiental. Niños y niñas, acompañados por sus padres, han llegado hasta este espacio para ser parte del taller “Reciclarte”, una entretenida iniciativa que transforma materiales en desuso en verdaderas obras de arte. Entre tijeras, cartones, botellas, pinceles y muchos colores, los más pequeños aprenden jugando la importancia de cuidar el planeta. El ambiente es dinámico y lleno de energía. Los participantes exploran los distintos materiales reciclables que encuentran en el taller y que, en sus manos, pronto se convierten en figuras, juguetes y decoraciones hechas a partir de residuos que normalmente terminarían en la basura. Una experiencia entretenida pero que también enseña. A través de actividades guiadas, los niños comprenden cómo pequeños cambios pueden tener un gran impacto en el medioambiente. Aprenden a separar residuos, a identificar materiales reutilizables y, sobre todo, a mirar con otros ojos aquello que muchas veces se desecha sin pensar.
Cada 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medioambiente, una fecha que invita a reflexionar sobre el impacto de las acciones humanas en la naturaleza. En la comuna de Los Andes, esta jornada cobra relevancia gracias al trabajo que se realiza desde el Punto Verde, un espacio comunitario que -con 14 años de funcionamiento- promueve el reciclaje, la educación ambiental y la colaboración interinstitucional para enfrentar la crisis climática entre otras cosas. Ubicado como un referente local en materia de sustentabilidad, el Punto Verde recibe a cientos de familias andinas que han incorporado el reciclaje como parte de su vida cotidiana. Este lugar funciona como centro de acopio para residuos reutilizables, tales como cartón, botellas plásticas, vidrios, latas, aceite de cocina y papeles, permitiendo disminuir significativamente la cantidad de desechos que terminan en los vertederos. Pero más allá del reciclaje, el Punto Verde también impulsa iniciativas educativas orientadas a niños, jóvenes y adultos. A través de talleres, visitas guiadas y actividades comunitarias, se promueve una cultura de respeto por el entorno, fomentando hábitos sostenibles desde temprana edad. Este enfoque ha permitido instalar una conciencia ambiental más sólida en la comunidad. El trabajo del Punto Verde no se desarrolla de forma aislada. En su operación diaria y en la planificación de actividades, se articula con establecimientos educacionales, juntas de vecinos, empresas y organismos públicos. Esta sinergia ha facilitado la ampliación de su impacto y el fortalecimiento de una red comprometida con el desarrollo sustentable.
Con el objetivo de aplicar sus conocimientos técnicos y generar conciencia ambiental, estudiantes del Liceo Bicentenario Técnico Amancay dieron inicio a un nuevo proyecto educativo en el Punto Verde comunal. A través de la iniciativa denominada “Minería Urbana”, los jóvenes trabajarán en la recuperación de componentes útiles provenientes de residuos tecnológicos en desuso. La iniciativa contempla el rescate de dispositivos como computadores, impresoras y teléfonos celulares que llegan al punto verde. Los alumnos se enfocarán en identificar y extraer metales y componentes que aún pueden ser aprovechados, con el objetivo de otorgarles una segunda vida útil a través de nuevos usos o procesos de recuperación. Un enfoque educativo que permite fomenta valores como la sostenibilidad y la responsabilidad con el entorno. El trabajo contempla tanto el análisis del material recibido como la búsqueda de métodos seguros y eficientes para su manipulación y reutilización. El proyecto “Minería Urbana” también tiene una dimensión formativa en torno a la conciencia ambiental. A través de esta experiencia, los estudiantes reflexionan sobre el impacto de los residuos electrónicos en el medioambiente y la importancia de su correcta disposición, considerando que fuera del punto verde, no existen lugares habilitados para recibir este tipo de desechos.
Cada 22 de abril se conmemora a nivel planetario el día de la Tierra, una fecha que invita a reflexionar sobre el impacto que las acciones humanas tienen en el medio ambiente y la urgencia de tomar decisiones más conscientes. En Los Andes, esta conmemoración no pasó desapercibida, especialmente para quienes, desde hace años, trabajan por fomentar una cultura de reciclaje y respeto por la naturaleza. Un claro ejemplo de este compromiso es el Punto Verde, que desde hace 14 años funciona en la comuna como un espacio donde un número importante de toneladas de desechos tienen una segunda oportunidad, evitando que terminen en vertederos. Lo que comenzó como una iniciativa pequeña hoy es un referente en el valle de Aconcagua en torno al reciclaje y la educación ambiental. Personas de distintas edades, familias e incluso estudiantes participan activamente en esta red de cuidado del entorno. Pero este día también sirve para recordar que aún queda mucho por hacer. El cambio climático, la contaminación del aire y del agua, la pérdida de biodiversidad y el uso desmedido de recursos naturales son realidades que siguen golpeando con fuerza. Por eso, se reiteró el llamado a seguir sumando voluntades, tanto desde las instituciones como desde el hogar. Cuidar la Tierra no es una tarea exclusiva de expertos o activistas, es una responsabilidad compartida que comienza con gestos tan simples como separar los residuos en el origen.
Durante estas vacaciones de invierno, el Punto Verde de la ciudad se ha convertido en un lugar lleno de risas, creatividad y conciencia ambiental. Niños y niñas, acompañados por sus padres, han llegado hasta este espacio para ser parte del taller “Reciclarte”, una entretenida iniciativa que transforma materiales en desuso en verdaderas obras de arte. Entre tijeras, cartones, botellas, pinceles y muchos colores, los más pequeños aprenden jugando la importancia de cuidar el planeta. El ambiente es dinámico y lleno de energía. Los participantes exploran los distintos materiales reciclables que encuentran en el taller y que, en sus manos, pronto se convierten en figuras, juguetes y decoraciones hechas a partir de residuos que normalmente terminarían en la basura. Una experiencia entretenida pero que también enseña. A través de actividades guiadas, los niños comprenden cómo pequeños cambios pueden tener un gran impacto en el medioambiente. Aprenden a separar residuos, a identificar materiales reutilizables y, sobre todo, a mirar con otros ojos aquello que muchas veces se desecha sin pensar.
Cada 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medioambiente, una fecha que invita a reflexionar sobre el impacto de las acciones humanas en la naturaleza. En la comuna de Los Andes, esta jornada cobra relevancia gracias al trabajo que se realiza desde el Punto Verde, un espacio comunitario que -con 14 años de funcionamiento- promueve el reciclaje, la educación ambiental y la colaboración interinstitucional para enfrentar la crisis climática entre otras cosas. Ubicado como un referente local en materia de sustentabilidad, el Punto Verde recibe a cientos de familias andinas que han incorporado el reciclaje como parte de su vida cotidiana. Este lugar funciona como centro de acopio para residuos reutilizables, tales como cartón, botellas plásticas, vidrios, latas, aceite de cocina y papeles, permitiendo disminuir significativamente la cantidad de desechos que terminan en los vertederos. Pero más allá del reciclaje, el Punto Verde también impulsa iniciativas educativas orientadas a niños, jóvenes y adultos. A través de talleres, visitas guiadas y actividades comunitarias, se promueve una cultura de respeto por el entorno, fomentando hábitos sostenibles desde temprana edad. Este enfoque ha permitido instalar una conciencia ambiental más sólida en la comunidad. El trabajo del Punto Verde no se desarrolla de forma aislada. En su operación diaria y en la planificación de actividades, se articula con establecimientos educacionales, juntas de vecinos, empresas y organismos públicos. Esta sinergia ha facilitado la ampliación de su impacto y el fortalecimiento de una red comprometida con el desarrollo sustentable.
Con el objetivo de aplicar sus conocimientos técnicos y generar conciencia ambiental, estudiantes del Liceo Bicentenario Técnico Amancay dieron inicio a un nuevo proyecto educativo en el Punto Verde comunal. A través de la iniciativa denominada “Minería Urbana”, los jóvenes trabajarán en la recuperación de componentes útiles provenientes de residuos tecnológicos en desuso. La iniciativa contempla el rescate de dispositivos como computadores, impresoras y teléfonos celulares que llegan al punto verde. Los alumnos se enfocarán en identificar y extraer metales y componentes que aún pueden ser aprovechados, con el objetivo de otorgarles una segunda vida útil a través de nuevos usos o procesos de recuperación. Un enfoque educativo que permite fomenta valores como la sostenibilidad y la responsabilidad con el entorno. El trabajo contempla tanto el análisis del material recibido como la búsqueda de métodos seguros y eficientes para su manipulación y reutilización. El proyecto “Minería Urbana” también tiene una dimensión formativa en torno a la conciencia ambiental. A través de esta experiencia, los estudiantes reflexionan sobre el impacto de los residuos electrónicos en el medioambiente y la importancia de su correcta disposición, considerando que fuera del punto verde, no existen lugares habilitados para recibir este tipo de desechos.
Cada 22 de abril se conmemora a nivel planetario el día de la Tierra, una fecha que invita a reflexionar sobre el impacto que las acciones humanas tienen en el medio ambiente y la urgencia de tomar decisiones más conscientes. En Los Andes, esta conmemoración no pasó desapercibida, especialmente para quienes, desde hace años, trabajan por fomentar una cultura de reciclaje y respeto por la naturaleza. Un claro ejemplo de este compromiso es el Punto Verde, que desde hace 14 años funciona en la comuna como un espacio donde un número importante de toneladas de desechos tienen una segunda oportunidad, evitando que terminen en vertederos. Lo que comenzó como una iniciativa pequeña hoy es un referente en el valle de Aconcagua en torno al reciclaje y la educación ambiental. Personas de distintas edades, familias e incluso estudiantes participan activamente en esta red de cuidado del entorno. Pero este día también sirve para recordar que aún queda mucho por hacer. El cambio climático, la contaminación del aire y del agua, la pérdida de biodiversidad y el uso desmedido de recursos naturales son realidades que siguen golpeando con fuerza. Por eso, se reiteró el llamado a seguir sumando voluntades, tanto desde las instituciones como desde el hogar. Cuidar la Tierra no es una tarea exclusiva de expertos o activistas, es una responsabilidad compartida que comienza con gestos tan simples como separar los residuos en el origen.