Una compleja situación atraviesa el gremio de los taxis colectivos en la provincia de Los Andes. De los 846 vehículos que forman parte del sistema, más de 400 permanecen con la revisión técnica vencida. El origen del problema estaría en la falta de personal en la Seremi de Transportes de la región de Valparaíso, lo que ha frenado la entrega de las tarjetas que autorizan los recorridos de las distintas líneas. Sin este documento, los conductores no pueden renovar su revisión técnica, quedando en un limbo administrativo que se arrastra desde hace por lo menos ocho meses. El escenario se ha vuelto cada vez más tenso. Muchos choferes, con sus papeles vencidos pero con la necesidad de trabajar, deben decidir entre arriesgarse a una fiscalización o dejar su vehículo detenido. Si son sorprendidos circulando fuera de norma, la sanción puede incluir el retiro del automóvil, lo que para muchos significa perder su fuente de ingresos. Por otro lado, los usuarios también sufren las consecuencias: con menos colectivos en las calles, los tiempos de espera aumentan y el transporte público se vuelve más escaso y precario. Durante la jornada, representantes del Consejo Superior de la Locomoción Colectiva Menor de Los Andes llegaron hasta la Delegación Presidencial Provincial para plantear directamente el problema a la autoridad. En la reunión se acordaron algunas gestiones para intentar agilizar los trámites pendientes. Mientras tanto, el gremio se mantiene en una tensa espera, entre la frustración y la esperanza de que finalmente se destrabe el proceso. El impacto del problema no se limita solo a Los Andes. En toda la región de Valparaíso se repite la misma historia. Una cadena de burocracia que, poco a poco, ha ido literalmente apagando el motor de uno de los servicios de transporte más demandados y necesarios del valle de Aconcagua. 
Una compleja situación atraviesa el gremio de los taxis colectivos en la provincia de Los Andes. De los 846 vehículos que forman parte del sistema, más de 400 permanecen con la revisión técnica vencida. El origen del problema estaría en la falta de personal en la Seremi de Transportes de la región de Valparaíso, lo que ha frenado la entrega de las tarjetas que autorizan los recorridos de las distintas líneas. Sin este documento, los conductores no pueden renovar su revisión técnica, quedando en un limbo administrativo que se arrastra desde hace por lo menos ocho meses. El escenario se ha vuelto cada vez más tenso. Muchos choferes, con sus papeles vencidos pero con la necesidad de trabajar, deben decidir entre arriesgarse a una fiscalización o dejar su vehículo detenido. Si son sorprendidos circulando fuera de norma, la sanción puede incluir el retiro del automóvil, lo que para muchos significa perder su fuente de ingresos. Por otro lado, los usuarios también sufren las consecuencias: con menos colectivos en las calles, los tiempos de espera aumentan y el transporte público se vuelve más escaso y precario. Durante la jornada, representantes del Consejo Superior de la Locomoción Colectiva Menor de Los Andes llegaron hasta la Delegación Presidencial Provincial para plantear directamente el problema a la autoridad. En la reunión se acordaron algunas gestiones para intentar agilizar los trámites pendientes. Mientras tanto, el gremio se mantiene en una tensa espera, entre la frustración y la esperanza de que finalmente se destrabe el proceso. El impacto del problema no se limita solo a Los Andes. En toda la región de Valparaíso se repite la misma historia. Una cadena de burocracia que, poco a poco, ha ido literalmente apagando el motor de uno de los servicios de transporte más demandados y necesarios del valle de Aconcagua.