Diversos son los cursos que ha desarrollado con el pasar de los años, la Casa municipal de la Mujer, dando en este último tiempo, un enfoque claro en torno al bienestar emocional. Siendo así, uno de los talleres que más interés ha despertado ha sido el de constelaciones familiares, dirigido a quienes buscan comprender y resolver conflictos personales a través de una mirada terapéutica sobre sus vínculos familiares. Espacios de reflexión y sanación que complementan la formación práctica con el fortalecimiento de la autoestima y la salud mental de quienes participan. Estos talleres permiten a las mujeres reconectarse con su historia personal y familiar, identificar emociones no resueltas y trabajar en ellas. Junto a esta propuesta, la Casa Municipal de la Mujer impulsa permanentemente una variada oferta de cursos prácticos, enfocados en fomentar la autonomía económica de las mujeres. Entre ellos se cuentan clases de conducción, manejo de maquinaria pesada, tejido, bordado y telares, entre otros, entregando así, herramientas que permiten a las participantes ampliar sus oportunidades laborales o generar ingresos propios. Así, la Casa Municipal de la Mujer sigue consolidándose como un espacio que impulsa el desarrollo integral de las mujeres andinas, combinando formación práctica con apoyo emocional para fortalecer su autonomía y bienestar.
Con enfoque comunitario y mirada de género, la Casa Municipal de la Mujer en Los Andes ha continuado con un intensivo calendario de actividades formativas y solidarias. Las propuestas están dirigidas a todas las mujeres, sin importar edad y buscan fortalecer la participación, el aprendizaje y el vínculo social entre vecinas. Entre las iniciativas destacadas se encuentra el trabajo continuo del grupo “Arañitas Solidarias”, integrado por mujeres voluntarias que confeccionan ropa de abrigo destinada a personas en situación de vulnerabilidad. A esta acción se suman otros dos talleres que buscan entregar herramientas prácticas y promover el desarrollo de habilidades manuales entre las participantes. El primero es un taller de costura, orientado tanto a principiantes como a personas con conocimientos previos, y que permite a las asistentes aprender técnicas básicas para confeccionar, arreglar o transformar prendas de vestir. El segundo taller está centrado en la elaboración de telar decorativo, una disciplina que combina creatividad y destreza manual, ofreciendo un espacio para la expresión artística, y al mismo tiempo una alternativa para el emprendimiento. Estas iniciativas forman parte de una programación más amplia impulsada por la Casa de la Mujer y que contempla diversas iniciativas durante todo este segundo semestre del año.
Promover la estimulación cognitiva en personas mayores es el objetivo de los talleres que está impartiendo el municipio andino Estas iniciativas, gratuitas y con alta demanda, buscan mantener y potenciar habilidades como la memoria, el lenguaje y la orientación, entre otras. Las sesiones se desarrollan semanalmente en el Centro Cultural de Los Andes y están dirigidas a personas mayores de 60 años, quienes se inscriben cada marzo para participar durante todo el año, hasta diciembre. Debido al éxito de la convocatoria, muchos interesados incluso quedan en lista de espera para formar parte de los grupos que funcionan de lunes a viernes. El programa es conducido por dos kinesiólogas profesionales, especializadas en trabajar con este grupo etario. El objetivo principal es mantener o mejorar las funciones cognitivas en personas sanas o con algún grado de deterioro cognitivo u otras condiciones neurológicas o psiquiátricas. Es que la estimulación cognitiva, según los profesionales a cargo, es clave para promover la salud cerebral y el bienestar integral de los adultos mayores. Este tipo de intervenciones no solo refuerza las capacidades mentales, sino que también mejora la calidad de vida y la integración social de quienes participan.
El rol de las personas cuidadoras es una labor sacrificada y demandante. Aunque asumen con amor y responsabilidad el cuidado de un familiar o ser querido, el desgaste físico y emocional es una realidad que muchas enfrentan en soledad. Es por esto que, en el marco del mes de la mujer, se realizó la charla ¿Quién cuida a las que cuidan?, un espacio de reflexión que puso en evidencia la falta de reconocimiento en esta labor. Durante el encuentro, se presentaron cifras que muestran una brecha de género significativa en el cuidado de personas, una tarea que aún recae mayoritariamente en mujeres y que muchas veces se ejerce sin apoyo ni redes de contención. Las asistentes valoraron la instancia, destacando la importancia de conocer las políticas públicas dirigidas a las cuidadoras y, sobre todo, de sentirse acompañadas en su realidad diaria. La actividad también incluyó un taller de aromaterapia, donde las participantes aprendieron sobre hierbas y aceites esenciales, además de la técnica básica para elaborar sus propios productos de relajación. Un espacio pensado para el autocuidado, algo que muchas veces queda relegado en la rutina de quienes dedican su vida al bienestar de otros. Uno de los datos relevantes entregados en la jornada es que en la región hay 16 mil personas inscritas en el Registro Nacional de Cuidados y que cuentan con la credencial de cuidadoras. Sin embargo, se estima que la cifra real de personas que cumplen este rol es mucho mayor. Por ello, se hizo un llamado a acercarse a las DIDECO de los municipios para informarse sobre la obtención de este documento, que otorga diversos beneficios y reconoce una labor que, hasta ahora, ha sido invisibilizada por la sociedad.
Marzo es el mes de la mujer y en Los Andes se vive con un calendario de actividades pensadas en su bienestar integral. Más allá de las tradicionales conmemoraciones, la Casa Municipal de la Mujer organizó diversas instancias que buscan no solo resaltar el rol de las mujeres en la sociedad, sino también fortalecer su bienestar emocional y abrirles nuevas oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Una de las jornadas más significativas fue la charla sobre Constelaciones Familiares, un espacio de encuentro que reunió a decenas de mujeres de distintas edades. En la actividad, muchas compartieron sus experiencias y reflexiones, dándose cuenta de que las situaciones que enfrentan no son únicas ni aisladas, sino que forman parte de una realidad común. Este enfoque en el bienestar emocional es una de las prioridades de la Casa Municipal de la Mujer, que busca entregar herramientas para fortalecer la autoestima y el desarrollo personal. Pero el compromiso no termina ahí. En paralelo, se han abierto inscripciones para talleres que buscan fomentar la autonomía económica de las andinas. Marzo ha sido considerado como un mes para visibilizar el papel de las mujeres en la sociedad, pero en Los Andes también se abre como una oportunidad para brindar herramientas que generen cambios reales en sus vidas. Espacios de apoyo emocional y formación laboral marcan la diferencia, permitiendo que más mujeres sigan avanzando hacia una vida con mayor bienestar y autonomía.
Diversos son los cursos que ha desarrollado con el pasar de los años, la Casa municipal de la Mujer, dando en este último tiempo, un enfoque claro en torno al bienestar emocional. Siendo así, uno de los talleres que más interés ha despertado ha sido el de constelaciones familiares, dirigido a quienes buscan comprender y resolver conflictos personales a través de una mirada terapéutica sobre sus vínculos familiares. Espacios de reflexión y sanación que complementan la formación práctica con el fortalecimiento de la autoestima y la salud mental de quienes participan. Estos talleres permiten a las mujeres reconectarse con su historia personal y familiar, identificar emociones no resueltas y trabajar en ellas. Junto a esta propuesta, la Casa Municipal de la Mujer impulsa permanentemente una variada oferta de cursos prácticos, enfocados en fomentar la autonomía económica de las mujeres. Entre ellos se cuentan clases de conducción, manejo de maquinaria pesada, tejido, bordado y telares, entre otros, entregando así, herramientas que permiten a las participantes ampliar sus oportunidades laborales o generar ingresos propios. Así, la Casa Municipal de la Mujer sigue consolidándose como un espacio que impulsa el desarrollo integral de las mujeres andinas, combinando formación práctica con apoyo emocional para fortalecer su autonomía y bienestar.
Con enfoque comunitario y mirada de género, la Casa Municipal de la Mujer en Los Andes ha continuado con un intensivo calendario de actividades formativas y solidarias. Las propuestas están dirigidas a todas las mujeres, sin importar edad y buscan fortalecer la participación, el aprendizaje y el vínculo social entre vecinas. Entre las iniciativas destacadas se encuentra el trabajo continuo del grupo “Arañitas Solidarias”, integrado por mujeres voluntarias que confeccionan ropa de abrigo destinada a personas en situación de vulnerabilidad. A esta acción se suman otros dos talleres que buscan entregar herramientas prácticas y promover el desarrollo de habilidades manuales entre las participantes. El primero es un taller de costura, orientado tanto a principiantes como a personas con conocimientos previos, y que permite a las asistentes aprender técnicas básicas para confeccionar, arreglar o transformar prendas de vestir. El segundo taller está centrado en la elaboración de telar decorativo, una disciplina que combina creatividad y destreza manual, ofreciendo un espacio para la expresión artística, y al mismo tiempo una alternativa para el emprendimiento. Estas iniciativas forman parte de una programación más amplia impulsada por la Casa de la Mujer y que contempla diversas iniciativas durante todo este segundo semestre del año.
Promover la estimulación cognitiva en personas mayores es el objetivo de los talleres que está impartiendo el municipio andino Estas iniciativas, gratuitas y con alta demanda, buscan mantener y potenciar habilidades como la memoria, el lenguaje y la orientación, entre otras. Las sesiones se desarrollan semanalmente en el Centro Cultural de Los Andes y están dirigidas a personas mayores de 60 años, quienes se inscriben cada marzo para participar durante todo el año, hasta diciembre. Debido al éxito de la convocatoria, muchos interesados incluso quedan en lista de espera para formar parte de los grupos que funcionan de lunes a viernes. El programa es conducido por dos kinesiólogas profesionales, especializadas en trabajar con este grupo etario. El objetivo principal es mantener o mejorar las funciones cognitivas en personas sanas o con algún grado de deterioro cognitivo u otras condiciones neurológicas o psiquiátricas. Es que la estimulación cognitiva, según los profesionales a cargo, es clave para promover la salud cerebral y el bienestar integral de los adultos mayores. Este tipo de intervenciones no solo refuerza las capacidades mentales, sino que también mejora la calidad de vida y la integración social de quienes participan.
El rol de las personas cuidadoras es una labor sacrificada y demandante. Aunque asumen con amor y responsabilidad el cuidado de un familiar o ser querido, el desgaste físico y emocional es una realidad que muchas enfrentan en soledad. Es por esto que, en el marco del mes de la mujer, se realizó la charla ¿Quién cuida a las que cuidan?, un espacio de reflexión que puso en evidencia la falta de reconocimiento en esta labor. Durante el encuentro, se presentaron cifras que muestran una brecha de género significativa en el cuidado de personas, una tarea que aún recae mayoritariamente en mujeres y que muchas veces se ejerce sin apoyo ni redes de contención. Las asistentes valoraron la instancia, destacando la importancia de conocer las políticas públicas dirigidas a las cuidadoras y, sobre todo, de sentirse acompañadas en su realidad diaria. La actividad también incluyó un taller de aromaterapia, donde las participantes aprendieron sobre hierbas y aceites esenciales, además de la técnica básica para elaborar sus propios productos de relajación. Un espacio pensado para el autocuidado, algo que muchas veces queda relegado en la rutina de quienes dedican su vida al bienestar de otros. Uno de los datos relevantes entregados en la jornada es que en la región hay 16 mil personas inscritas en el Registro Nacional de Cuidados y que cuentan con la credencial de cuidadoras. Sin embargo, se estima que la cifra real de personas que cumplen este rol es mucho mayor. Por ello, se hizo un llamado a acercarse a las DIDECO de los municipios para informarse sobre la obtención de este documento, que otorga diversos beneficios y reconoce una labor que, hasta ahora, ha sido invisibilizada por la sociedad.
Marzo es el mes de la mujer y en Los Andes se vive con un calendario de actividades pensadas en su bienestar integral. Más allá de las tradicionales conmemoraciones, la Casa Municipal de la Mujer organizó diversas instancias que buscan no solo resaltar el rol de las mujeres en la sociedad, sino también fortalecer su bienestar emocional y abrirles nuevas oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Una de las jornadas más significativas fue la charla sobre Constelaciones Familiares, un espacio de encuentro que reunió a decenas de mujeres de distintas edades. En la actividad, muchas compartieron sus experiencias y reflexiones, dándose cuenta de que las situaciones que enfrentan no son únicas ni aisladas, sino que forman parte de una realidad común. Este enfoque en el bienestar emocional es una de las prioridades de la Casa Municipal de la Mujer, que busca entregar herramientas para fortalecer la autoestima y el desarrollo personal. Pero el compromiso no termina ahí. En paralelo, se han abierto inscripciones para talleres que buscan fomentar la autonomía económica de las andinas. Marzo ha sido considerado como un mes para visibilizar el papel de las mujeres en la sociedad, pero en Los Andes también se abre como una oportunidad para brindar herramientas que generen cambios reales en sus vidas. Espacios de apoyo emocional y formación laboral marcan la diferencia, permitiendo que más mujeres sigan avanzando hacia una vida con mayor bienestar y autonomía.