El 3 y 4 de febrero de 2023 un incendio devastador cambió la vida de miles de familias en Viña del Mar y Quilpué. Más de 100 personas perdieron la vida y cerca de dos mil hogares quedaron reducidos a cenizas. Una realidad que lamentablemente no es ajena al valle de Aconcagua. Es por eso que, en medio de ese dolor, los socios del Sindicato Industrial de Integración Laboral de Codelco División Andina asumieron el compromiso de no dejar solos a los damnificados de esta tragedia. A más de un año y ocho meses del siniestro, la ayuda se ha ido apagando con el tiempo. En ese contexto, el Sindicato SIIL decidió dar un paso al frente y llegar hasta las comunidades de El Olivar Bajo y El Olivar Alto, dos de los sectores más golpeados para entregar ayuda. En esta oportunidad, 200 familias recibieron dos cajas de mercadería cada una. La ayuda fue valorada especialmente por adultos mayores y personas que perdieron todo en el incendio, quienes todavía enfrentan el día a día con muchas dificultades. El gesto del sindicato se transformó en un respiro en medio de una realidad que sigue siendo compleja y dolorosa para cientos de vecinos. Aunque esta ayuda no resuelve todo lo que falta por hacer, es una muestra de que la solidaridad sigue presente y que todavía hay manos dispuestas a acompañar a quienes más lo necesitan. Por eso que desde el sindicato reconocen que lo suyo es solo un granito de arena, pero necesario para mantener la esperanza y para invitar a que otros también se sumen a acompañar a quienes aún luchan para volver a levantarse.
El 3 y 4 de febrero de 2023 un incendio devastador cambió la vida de miles de familias en Viña del Mar y Quilpué. Más de 100 personas perdieron la vida y cerca de dos mil hogares quedaron reducidos a cenizas. Una realidad que lamentablemente no es ajena al valle de Aconcagua. Es por eso que, en medio de ese dolor, los socios del Sindicato Industrial de Integración Laboral de Codelco División Andina asumieron el compromiso de no dejar solos a los damnificados de esta tragedia. A más de un año y ocho meses del siniestro, la ayuda se ha ido apagando con el tiempo. En ese contexto, el Sindicato SIIL decidió dar un paso al frente y llegar hasta las comunidades de El Olivar Bajo y El Olivar Alto, dos de los sectores más golpeados para entregar ayuda. En esta oportunidad, 200 familias recibieron dos cajas de mercadería cada una. La ayuda fue valorada especialmente por adultos mayores y personas que perdieron todo en el incendio, quienes todavía enfrentan el día a día con muchas dificultades. El gesto del sindicato se transformó en un respiro en medio de una realidad que sigue siendo compleja y dolorosa para cientos de vecinos. Aunque esta ayuda no resuelve todo lo que falta por hacer, es una muestra de que la solidaridad sigue presente y que todavía hay manos dispuestas a acompañar a quienes más lo necesitan. Por eso que desde el sindicato reconocen que lo suyo es solo un granito de arena, pero necesario para mantener la esperanza y para invitar a que otros también se sumen a acompañar a quienes aún luchan para volver a levantarse.