Bajo la premisa de abordar de manera mancomunada el problema que reviste el consumo de alcohol y otras drogas en niños, niñas y adolescentes, el Senda a nivel regional está promoviendo un modelo de gestión comunal que está enfocado en la intensificación de sus acciones preventivas. En una visita a la provincia de San Felipe, el director regional del SENDA fue enfático en señalar que el compromiso de los alcaldes, alcaldesas y concejos municipales es fundamental para liderar este proceso de manera activa. Desde el servicio reconocen que existe un aumento generalizado en los consumos, pero este no alcanzaría niveles estadísticamente significativos. Percepción que, en todo caso, no disminuye la preocupación sobre el tema. Uno de los puntos que más preocupa es la disponibilidad -cada vez mayor- de sustancias nocivas, lo que genera una sensación de mayor cercanía y presencia de estas en las comunidades. Sin embargo, los datos indican que esta disponibilidad no se traduce necesariamente en un aumento significativo del consumo. Otro aspecto de preocupación es el consumo de sustancias por parte de niños y niñas a una edad temprana. Se destaca la importancia de retrasar el inicio exploratorio del consumo, con especial énfasis en las expresiones de validación entre los pares que a menudo están vinculadas a los primeros contactos con las sustancias.
El programa Vivir con Calidad de Vida, liderado por Senda Previene en Los Andes, ha logrado un notable éxito en abordar la problemática del consumo de alcohol y otras drogas desde diversos enfoques y grupos etarios. Con seis años de trayectoria, el proyecto se ha destacado por intervenir en empresas e instituciones, brindando acompañamiento a los trabajadores para prevenir el consumo de sustancias adictivas. El principal objetivo del programa es ampliar la cobertura y fomentar una cultura preventiva, considerando que muchos de los participantes son padres y jefes de hogar, quienes se convierten así en portavoces de la información preventiva en sus familias, comunidades y entornos laborales. A lo largo de los años, el plan ha impactado positivamente a cientos de hombres y mujeres, enfocándose no solo en prevenir el consumo de alcohol y otras drogas, sino también en educar sobre las consecuencias de estas prácticas o acciones. En la ceremonia de cierre de año, se llevó a cabo la certificación de dos destacadas instituciones: el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Los Andes, perteneciente a Gendarmería, que completó un ciclo de dos años, y el Hospital San Juan de Dios, que celebró su primer año de intervención. La continuidad del programa para el año 2024 está garantizada gracias al interés sostenido de las empresas en formar parte de estas iniciativas colaborativas de prevención. Este compromiso empresarial se suma a otros programas que trabajan en la misma línea, abordando la problemática del consumo de alcohol y otras drogas a nivel familiar y en el entorno barrial.
Bajo la premisa de abordar de manera mancomunada el problema que reviste el consumo de alcohol y otras drogas en niños, niñas y adolescentes, el Senda a nivel regional está promoviendo un modelo de gestión comunal que está enfocado en la intensificación de sus acciones preventivas. En una visita a la provincia de San Felipe, el director regional del SENDA fue enfático en señalar que el compromiso de los alcaldes, alcaldesas y concejos municipales es fundamental para liderar este proceso de manera activa. Desde el servicio reconocen que existe un aumento generalizado en los consumos, pero este no alcanzaría niveles estadísticamente significativos. Percepción que, en todo caso, no disminuye la preocupación sobre el tema. Uno de los puntos que más preocupa es la disponibilidad -cada vez mayor- de sustancias nocivas, lo que genera una sensación de mayor cercanía y presencia de estas en las comunidades. Sin embargo, los datos indican que esta disponibilidad no se traduce necesariamente en un aumento significativo del consumo. Otro aspecto de preocupación es el consumo de sustancias por parte de niños y niñas a una edad temprana. Se destaca la importancia de retrasar el inicio exploratorio del consumo, con especial énfasis en las expresiones de validación entre los pares que a menudo están vinculadas a los primeros contactos con las sustancias.
El programa Vivir con Calidad de Vida, liderado por Senda Previene en Los Andes, ha logrado un notable éxito en abordar la problemática del consumo de alcohol y otras drogas desde diversos enfoques y grupos etarios. Con seis años de trayectoria, el proyecto se ha destacado por intervenir en empresas e instituciones, brindando acompañamiento a los trabajadores para prevenir el consumo de sustancias adictivas. El principal objetivo del programa es ampliar la cobertura y fomentar una cultura preventiva, considerando que muchos de los participantes son padres y jefes de hogar, quienes se convierten así en portavoces de la información preventiva en sus familias, comunidades y entornos laborales. A lo largo de los años, el plan ha impactado positivamente a cientos de hombres y mujeres, enfocándose no solo en prevenir el consumo de alcohol y otras drogas, sino también en educar sobre las consecuencias de estas prácticas o acciones. En la ceremonia de cierre de año, se llevó a cabo la certificación de dos destacadas instituciones: el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Los Andes, perteneciente a Gendarmería, que completó un ciclo de dos años, y el Hospital San Juan de Dios, que celebró su primer año de intervención. La continuidad del programa para el año 2024 está garantizada gracias al interés sostenido de las empresas en formar parte de estas iniciativas colaborativas de prevención. Este compromiso empresarial se suma a otros programas que trabajan en la misma línea, abordando la problemática del consumo de alcohol y otras drogas a nivel familiar y en el entorno barrial.