Desde muy temprano, los caminos se llenaron de cantos, oraciones y sonrisas juveniles. Diez estaciones preparadas por distintas comunidades religiosas animaron el trayecto, ofreciendo momentos de reflexión, música y oración para acompañar el cansancio del camino. Durante la tarde, los peregrinos participaron en distintos espacios espirituales en el Santuario: la Cruz del Compromiso, donde prometieron ser portadores de esperanza; la Carpa de Adoración con el Santísimo; y la Pastoral de Escucha, además de los momentos de confesión en el marco del Jubileo de los Jóvenes, que otorgó indulgencia plenaria. En la homilía, se invitó a los jóvenes a no regresar iguales, sino transformados por la fe y por el ejemplo de Santa Teresita de Los Andes, una joven que supo amar en lo pequeño y confiar en Dios con humildad. La celebración eucarística culminó con un envío especial: el llamado a ser testigos de esperanza en sus familias, colegios y comunidades.
Desde muy temprano, los caminos se llenaron de cantos, oraciones y sonrisas juveniles. Diez estaciones preparadas por distintas comunidades religiosas animaron el trayecto, ofreciendo momentos de reflexión, música y oración para acompañar el cansancio del camino. Durante la tarde, los peregrinos participaron en distintos espacios espirituales en el Santuario: la Cruz del Compromiso, donde prometieron ser portadores de esperanza; la Carpa de Adoración con el Santísimo; y la Pastoral de Escucha, además de los momentos de confesión en el marco del Jubileo de los Jóvenes, que otorgó indulgencia plenaria. En la homilía, se invitó a los jóvenes a no regresar iguales, sino transformados por la fe y por el ejemplo de Santa Teresita de Los Andes, una joven que supo amar en lo pequeño y confiar en Dios con humildad. La celebración eucarística culminó con un envío especial: el llamado a ser testigos de esperanza en sus familias, colegios y comunidades.