En una ceremonia llena de emociones y satisfacción, un grupo de andinas recibió sus diplomas que certifican su participación en diversos cursos y talleres ofrecidos durante el año en la Casa de la Mujer. Las protagonistas, junto con destacar la culminación de un proceso lleno de aprendizaje, enfatizaron en la importancia de contar con un lugar que fomenta el crecimiento personal y también comunitario. La Casa de la Mujer se ha transformado con el tiempo, en un espacio donde las participantes aprenden, crecen y se apoyan. Es un lugar donde han descubierto capacidades que muchas ni siquiera pensaban que tenían, y ese ha sido precisamente el foco de su administración. Durante el año los talleres abarcaron una variedad de temas, desde manualidades y manipulación de alimentos, hasta desarrollo personal y habilidades técnicas. Todas actividades diseñadas para responder las necesidades e intereses de las mujeres, permitiéndoles fortalecer su autonomía y abrir nuevas oportunidades en sus vidas.
Promover el autocuidado y la reflexión en torno a la sexualidad, con un enfoque de salud integral han sido parte de los objetivos planteados por la Casa de la Mujer para desarrollar un ciclo de talleres, que cada martes de octubre, han sido parte de la conmemoración del mes de la prevención del cáncer de mama, una enfermedad que afecta a miles de mujeres cada año. Así, mediante esta iniciativa, desde este espacio municipal se han sumado a las acciones informativas y educativas centradas en derribar mitos sobre el cuerpo y el placer femenino. Uno de los aspectos más destacados de estos talleres es que no solo han estado dirigidos a mujeres, sino que también han incluido a las diversidades. Un enfoque inclusivo que se dijo, ha permitido que se generen espacios de diálogo, donde se han abordado temas que muchas veces son invisibilizados. Cada sesión va más allá de una charla o un taller donde los expertos se dirigen a los participantes, sino que ha estos últimos les ha permitido reflexionar sobre el autocuidado y cómo este está relacionado no solo con la salud física, sino también con el bienestar emocional y la sexualidad. De ahí que se ha destacado la importancia de educar sobre el placer y la salud sexual sin tabúes ni estigmas. Además, se ha puesto especial énfasis en la detección temprana del cáncer de mama, una herramienta clave para reducir las cifras de mortalidad asociadas a esta enfermedad.
En una ceremonia llena de emociones y satisfacción, un grupo de andinas recibió sus diplomas que certifican su participación en diversos cursos y talleres ofrecidos durante el año en la Casa de la Mujer. Las protagonistas, junto con destacar la culminación de un proceso lleno de aprendizaje, enfatizaron en la importancia de contar con un lugar que fomenta el crecimiento personal y también comunitario. La Casa de la Mujer se ha transformado con el tiempo, en un espacio donde las participantes aprenden, crecen y se apoyan. Es un lugar donde han descubierto capacidades que muchas ni siquiera pensaban que tenían, y ese ha sido precisamente el foco de su administración. Durante el año los talleres abarcaron una variedad de temas, desde manualidades y manipulación de alimentos, hasta desarrollo personal y habilidades técnicas. Todas actividades diseñadas para responder las necesidades e intereses de las mujeres, permitiéndoles fortalecer su autonomía y abrir nuevas oportunidades en sus vidas.
Promover el autocuidado y la reflexión en torno a la sexualidad, con un enfoque de salud integral han sido parte de los objetivos planteados por la Casa de la Mujer para desarrollar un ciclo de talleres, que cada martes de octubre, han sido parte de la conmemoración del mes de la prevención del cáncer de mama, una enfermedad que afecta a miles de mujeres cada año. Así, mediante esta iniciativa, desde este espacio municipal se han sumado a las acciones informativas y educativas centradas en derribar mitos sobre el cuerpo y el placer femenino. Uno de los aspectos más destacados de estos talleres es que no solo han estado dirigidos a mujeres, sino que también han incluido a las diversidades. Un enfoque inclusivo que se dijo, ha permitido que se generen espacios de diálogo, donde se han abordado temas que muchas veces son invisibilizados. Cada sesión va más allá de una charla o un taller donde los expertos se dirigen a los participantes, sino que ha estos últimos les ha permitido reflexionar sobre el autocuidado y cómo este está relacionado no solo con la salud física, sino también con el bienestar emocional y la sexualidad. De ahí que se ha destacado la importancia de educar sobre el placer y la salud sexual sin tabúes ni estigmas. Además, se ha puesto especial énfasis en la detección temprana del cáncer de mama, una herramienta clave para reducir las cifras de mortalidad asociadas a esta enfermedad.