A veces, la vida cambia de un día para otro. Y en ese nuevo escenario, encontrar a alguien que entienda lo que uno vive puede hacer toda la diferencia. Eso lo saben muy bien las más de cuarenta personas que hoy integran la Agrupación de Pacientes y Amigos Ostomizados de Los Andes, una organización que nació el 22 de julio de este año. Gracias al impulso de la enfermera Mónica Suárez y al respaldo del Hospital San Juan de Dios, la agrupación reúne a personas que muchas veces se enfrentan al aislamiento o a la falta de información. Frente a eso, el grupo decidió construir comunidad, compartir experiencias y acompañarse mutuamente en cada etapa del proceso. En sus primeros días eran 26 integrantes, pero en pocos meses superaron los 40 socios, provenientes no solo de Los Andes, sino también de Rinconada, San Esteban e incluso de Catemu, en la provincia de San Felipe. Ese crecimiento ha sido posible gracias a un trabajo de búsqueda y acercamiento a personas que viven con ostomías y que, en muchos casos, desconocían que existía un espacio donde podían sentirse comprendidas. El 22 de agosto obtuvieron personalidad jurídica. Un paso que deriva en la posibilidad de avanzar hacia objetivos mayores. Ahora pueden organizar actividades formales, postular a proyectos y establecer vínculos con autoridades, siempre con la meta clara de visibilizar su realidad y promover una atención integral, que considere no solo lo médico, sino también lo emocional y lo social.
A veces, la vida cambia de un día para otro. Y en ese nuevo escenario, encontrar a alguien que entienda lo que uno vive puede hacer toda la diferencia. Eso lo saben muy bien las más de cuarenta personas que hoy integran la Agrupación de Pacientes y Amigos Ostomizados de Los Andes, una organización que nació el 22 de julio de este año. Gracias al impulso de la enfermera Mónica Suárez y al respaldo del Hospital San Juan de Dios, la agrupación reúne a personas que muchas veces se enfrentan al aislamiento o a la falta de información. Frente a eso, el grupo decidió construir comunidad, compartir experiencias y acompañarse mutuamente en cada etapa del proceso. En sus primeros días eran 26 integrantes, pero en pocos meses superaron los 40 socios, provenientes no solo de Los Andes, sino también de Rinconada, San Esteban e incluso de Catemu, en la provincia de San Felipe. Ese crecimiento ha sido posible gracias a un trabajo de búsqueda y acercamiento a personas que viven con ostomías y que, en muchos casos, desconocían que existía un espacio donde podían sentirse comprendidas. El 22 de agosto obtuvieron personalidad jurídica. Un paso que deriva en la posibilidad de avanzar hacia objetivos mayores. Ahora pueden organizar actividades formales, postular a proyectos y establecer vínculos con autoridades, siempre con la meta clara de visibilizar su realidad y promover una atención integral, que considere no solo lo médico, sino también lo emocional y lo social.